LA A.T. "ESPANTES DE FUENTESAÚCO" RECONOCE A LOS COQUILLAS DE JUAN SÁNCHEZ FABRÉS.

J. Ramón Muelas García.

 


     Discúlpeme el lector que las cuatro letras del título basten para acomodar las primeras imprecisiones; en realidad, la ganadería se llama Herederos de Don Alfonso Sánchez-Fabrés C.B. y el encaste, aunque Santa Coloma vía Coquilla, goza de cierta traza conferida por los Sánchez-Fabrés cuando aprovechando el obligado refresco de sangre con Santa Coloma/Buendía/ Elizondo, potenciaron la agresividad alegre franca y pronta; así pues, coquillas, pero particulares coquillas. Tan particulares como Juan Sánchez-Fabrés Mirat: jefe de esta posición defensiva de la Tradición llamada Pedro-Llen (Las Veguillas), aislada en la inmensa dehesa 25 Km. al suroeste de Salamanca.

     Gracias a las abundantes lluvias otoñales, el valle del Arroyo de la Valmuza asemeja hoy uno de esos paraísos rampantes en el catálogo de viajes del Corte Inglés. Tapizado hasta el último rincón de la hierba esmeralda, compacta y uniforme que conocemos de oídas; coronado con encinas en cuya horca se puede dormir, como la de Caja Duero; cubierto por celajes cambiantes sobre fondo ultramar y cárdeno Saltillo, más parece un hotel rural de postín que una posición defensiva.

      Pero no nos engañamos. Es una posición defensiva donde los biznietos del conde resisten envites enemigos; a saber:
   De nuestra madre Natura, cuyas heladas darán pronto para el pelo a tan exuberantes verdes, así como sus calores han obligado a labrar aquí y allá abrevaderos circulares (embudos de su artillería pesada) donde recoger las parcas aguas vertientes.

   De Nuestra madre la administración; asín (no así), en general, que se come las berzas sin dejarlas comer y que en llegando arriba, a Bruxelas, ponen cara de bobos (o hacen como que la ponen) si les dices que ni la dehesa es un establo, ni Santa Coloma es un frisón; para terminar preguntando qué raza bovina se llama “dehesa” y quién es esa santa Coloma, cuándo la festeja la santa Madre Iglesia y si tienen carta verde ecologista (la raza, la santa y la Iglesia) pues de lo contrario serán preventivamente inmovilizadas hasta su saneamiento conforme a la legislación vigente.

   De nuestra tatarabuela la ignorancia taurómaca, que nos ha conducido hacia lo light. Nada de tinto de Toro, que enerva; vinillo australiano sin alcohol, del que no emborracha. Nada que cueste. ¿Variedad de encastes?: No, eso pide conocer. Nada que exija pensar, vibrar, dejar ver el fondo de nuestro pozo sin sonrojarnos. Pura LOGSE: Apariencia. Cuatreñetes de tantos cuernos y kilos como ausencia de fiereza y vigor. Toreables, muy toreables, que no muerdan como el lisardo de Adelaida en Salamanca; que tengan cuarenta pases .. o cien, aunque anden como Lázaro al ser resucitado, que “anduvo!, jodido!”, pero al decir del recalcitrante sacristán, “anduvo jodido, pero andó”; y es que de repente nos hemos convertido por ciencia infusa en maestros de estética efímera. ¿Seguro?. ¿Cuántos aficionados han leído algún tratadillo de estética?.

      Tras breve presentación: al tractor. Cruzamos cancelas selladas con la cruz de Malta -emblema y hierro de la ganadería- para comenzar el ascenso de la ladera de la Guadaña. A media altura aparece alineada la vacada, cosa de 50 animales desayunan paja revoloteados por chotos vivaces. Ibarreñas y saltillas muestran sus diferencias; más rectas y altas las primeras, más ligeras y largas las segundas, mecen señoriales papadas al buscar el cobijo de las encinas.
Abunda en ambas el accidental calzado en castaño, pinta que aparece a modo de entrepelado en alguna de las saltillas cárdenas. Las encornaduras son generalmente abrochadas, de aparato, y no impiden que lo primero que llama la atención al mirarlas de cara sean su ojos grandes, expresivos, sello de la casa, diferentes a lo Ibarra y a lo Saltillo.
Obran sincrónicamente mirándonos todas al tiempo con la mayor tranquilidad del mundo, asemejando en su frialdad bustos de emperador romano; incluso poseen un aire palaciego que las induce a moverse destilando sosiego y elegancia; nada de estampidas ni reacciones sorpresivas, ni histrionadas; condesas al fin y al cabo, dejan admirado a Jorge, quien musita para sus adentro: “si pudiera comprarlas …”. Ni se acercan ni se alejan mientras en absoluto silencio pasan los minutos contemplándonos mutuamente.

     La vacada es corta pero variada, de modo que parece posible dar media verónica a la consanguinidad, por lo menos de momento.

Camino de la torada cruzamos un cercado donde aguardan a ser reconocidas muy particulares vacas. Ni bravas ni mansas o si se prefiere, ambas cosas, pero armadas de aparato. Inmensas, berrendas de ensabanado charolés, rojos limusín, cárdeno morucho, grafito avileño …. barroso y jabonero con notables desteñidos; alguna escapada de la Finca el Bosque, otra tintada de sardo imposible … mueven a conjeturar sobre su notable hibridación; más que punta, asemejan laboratorio de genética animal.

        Y llegamos a la torada. En el primer cercado rumian tumbados los animales de saca, cosa de una docena de quintos del 9; entre ellos, los dos novillos rechazados por los veterinarios el pasado septiembre en las Ventas, uno por cojo y otro .. porque pesó 548 Kg.; le sobraban 8 kg.!.. Y dicen que los coquillas no valen para las grandes plazas porque son pequeños y de poca cabeza.

     Tras situarnos a media ladera, los toros comienzan a corretear pese a la completa inmovilidad y silencio que observamos. Ha bastado un cambio ambiental para que abandonando la rumia, comiencen a ejercer la actividad que más les gusta: La agonística; o en lengua coloquial: provocarse, amagar combates, repartir estopa sin llegar –de momento- a la sangre (eso, para la próxima primavera), cruzar astas, largar tarascadas a las ancas etc .. . Miramos cautivados las bellísimas escenas preñadas de ligera fuerza, cuando de pronto se le cruzan los cables al 38, el repudiado en Madrid; un ibarreño estrellado y bragado, degollado, cubeto, musculado.

     Mira, resopla, recoge la mano derecha .. Y se arranca desde 15 metros contra el remolque!. Sólo consigo disparar la primera foto.

- Que viene!. Al suelo!.

 La gente del remolque es veterana: Espantadores saucanos y torneantes en el Inmemorial Torneo. Ni una sola voz; simplemente cuerpo a tierra y apretarse para evitar salir despedidos en el choque que se avecina.
Conforme se acerca, el morrillo humea con mayor nitidez. Humilla para derrotar. Lanza el derrote, pero al tiempo gira 90º en un palmo arrancando la hierba con sus pezuñas y emitiendo el soplido que suena a sábana rota, rozan los pitones sin impactar sobre la caja del remolque. ¿Nos ha atacado o ha sido mera relación agonística al considerarnos nuevos en su territorio?.

       Dicen los teóricos que los toros huyen en el campo si no se les acosa, hipótesis a reconsiderar cuando el género es Santa Coloma. Lo mismo que la que habla de coquillas pequeñitos y sin cabeza; basta ver algunos cinqueños del cercado siguiente para cambiar la hipótesis y basta recordar la faena chapucera y criminal que le hicieron a “Torrero” en las Ventas, (hermano de nuestro agresor) para concluir que si no quieren estos bichos es porque tienen música. Se van solos, buscan, hay que instruirlos, rebañan, no pierden comba, no se rinden y mirada de entre Argos y Catoblepas, morirán con la boca cerrada .. género musical que sólo parece gustar en Francia, donde llena plazas mientras aquí las vacían los bichos de repetición.

       Reconocidos los cercados, siguió el almuerzo a pie de ermita presidido por Juan Sánchez Fabrés, a cuyo lado jamás faltará ni un ducados, ni un trago, ni la conversación razonada y atinada que da la experiencia cuando es seguida de la reflexión.

- Se acaba esto?
- Mientras siga el manco …

Y mira a su mayoral que, brazo en cabestrillo, sonríe como la esfinge; luego habla sin ira y sin demasiada esperanza de las variedades de carcoma que corroen el retablo torero.

Sopla Cierzo; suben los cuellos; la luz es cegadora y un minuto después, una nube oscurece el valle; los perros mueven la cola suplicando alguna raspa del magnífico hornazo que relumbra tras marchar la nube. Último soplo a la bota y nos veremos pronto, si Dios quiere.

     Ya de regreso cerramos el día a lo maletilla, parando en todos los cercados donde hay toros: Hoyo de la Gitana con avispados utreros ibarreños. Los Matilla, con ocho mazacotes de Mari Carmen Camacho. Los Bayones .... y se fue la luz poco a poco, alargando primero, fundiendo después sombras de cinqueño sobre tapias encaladas, vago volar de buitre contra el poniente y ladridos muy lejanos.

Toros, buitres y perros se van poniendo el abrigo, porque esta noche helará.

  La vacada                                                                                 La torada y otros

 

Patronato del Toro de la Vega. Tordesillas (Valladolid)