La tauromaquia
es una pasión y como tal, está caracterizada por un alto grado de
irracionalidad. Antes de empezar a comportarnos irracionalmente,
pues es lo que nos queda y lo único que temen nuestros nefastos
políticos, actuemos racionalmente y votemos a quienes de verdad
importamos, a nuestra gente, a quienes hoy por hoy defienden a capa
y espada el Inmemorial Torneo sin tontadas y cobardías y que después
de mirar a la parrilla de salida, se reducen a
“TRADICIÓN
Y FUTURO”.
El máximo aspirante a la Junta por parte del PP es quien en su etapa
de consejero estampó su firma en el nefasto reglamento que sufrimos.
Mañueco con su firma nos prohíbe rendir honores a nuestros mayores,
sus usos formas y tradiciones, enseñar a nuestros hijos libremente
los valores, ideales,… que nos dan identidad como personas y como
Pueblo. Reglamento que debe ser eliminado y cambiado por otro que no
prohíba correr el toro del pueblo de Astudillo, el de fuego de
Fuentelapeña, enmaromados en Mucientes o chotas a la chavalería… Un
Reglamento hecho para los hombres, no para las bestias; y si tienen
complejos y aún les quedan resabios de igualitarismo prehistórico …
¡al psiquiatra!.
Votar al PSOE, ese partido que en la convalidación del decretazo, a
pesar de las formas estaban de acuerdo con el mismo, de acuerdo con
insultar, vejar y despreciar a un pueblo entero, abandonando a sus
habitantes mientras su máximo representante llamaba a un programa de
TV en vez de al compañero de partido amenazado de muerte, es votar a
quienes también sufren del antiguo complejo de inferioridad que nos
impide saltar hacia adelante.
Está luego el partido naranja, el partido de intentar no mojarse en
nada y abstenerse en todo, propiciando allá donde están la
desaparición de nuestras tradiciones, no solo la tauromaquia, pues
también están en juego la caza, la pesca,… todo lo que recuerda a
los fundamentos quema.
¿Qué decir de Podemos-IU?. No se sabe dónde están juntos donde
separados, pero siempre revueltos. Su falta de unión y conocimiento
del pueblo, pero el de verdad, no esa pantomima de urbanitas, hace
que cada vez que digan que lo defienden le den una puñalada que hace
mayor el abandono de nuestro medio rural. Su falta de entendederas
les hace despreciar la tauromaquia, la caza, la pesca, la
agricultura (la de verdad, la de tractor, vertedera y herbicida, no
la ñoñería de huertos urbanos),… símbolos todos ellos de unión de
los pueblos y sus gentes, sea cual sea su estrato social u
orientación política.
En estas elecciones no solo está en juego la pervivencia de la
tauromaquia como ceremonia, está en juego nuestro futuro como
sociedad. Quieren aniquilar nuestra forma de entender la vida,
nuestra alimentación, poner en riesgo nuestra salud eliminando la
investigación con animales y con ello la cura de enfermedades,
imponer un sistema hibrido de budismo, marxismo, franciscanismo,
milenarismo y feudalismo donde el vasallo sumiso hace, piensa, come,
siente y cumple tan contento aquello que le dice la televisión; un
sistema donde no tiene cabida el hombre libre que porque le da la
gana cita al cinqueño en medio de un arenal blandiendo su lanza.
Porque queremos seguir
siendo como nos dé la gana y estamos hartos de tanto control,
votaremos a
“TRADICIÓN Y
FUTURO”.
!Piénsatelo!