LUIS MARTÍN ARIAS. BREVE ORACIÓN FÚNEBRE

Miguel Ángel Quintana Paz

 

 

     No todo intelectual es famoso; muchos de ellos trabajan duro desde su vida amable y fecunda. Anteanoche falleció Luis Martín Arias, profesor de Farmacología y de Cinematografía en la Universidad de Valladolid y amigo mío desde que llegué a tal ciudad, en 2006.

     Como se atisba en el hecho de que fuera experto en áreas tan diversas como medicina y cine, la vida de Luis ha sido rica y osada. Militante en los 70 del PCE, lo dejó el 23-F cuando vio que ningún dirigente estaba dispuesto a ir a su sede de Valladolid a destruir los archivos. Luis era para mí una fuente preciosa de saber sobre cómo fue de veras la oposición a Franco, más allá de los mitos actuales. Bromeaba que siempre había sido centrista, pues el PCE (frente a su izquierda revolucionaria) al menos apostaba por la democracia (el PSOE ni existía).

     Hacia 2006 conocí a Luis, pues ambos estábamos en el ámbito de la crítica al bipartidismo que giraba en torno a Ciudadanos; más adelante compartimos aventuras en Libres e Iguales y, últimamente, nos habíamos radicalizado (él, dado que era más agudo que yo, antes que yo).

     Su saber de cine le llevó a dirigir 20 años la Filmoteca de Caja España e impartir una asignatura en la Cátedra de Cinematografía de la @UVa_es. Hasta que una alumna protestó porque él usaba a Freud en clase y Freud es muy políticamente incorrecto: Fue cancelado y despedido.

     Entre los referentes de Luis estaba J. González Requena (Asoc. Trama & Fondo) y Gustavo Bueno. Toda su vida Luis había sido ateo, pero recientemente se había acercado a la fe del catolicismo cultural (que siempre apreció) había pasado al catolicismo a secas, como tantos.

     Una de las batallas que dimos juntos (y perdimos juntos) fue defender el Toro de la Vega de Tordesillas. Luis, enorme conocedor de la tauromaquia, en la estela de Evans-Pritchard, montó un par de congresos sobre ello. Y me dio las primeras pistas sobre cómo hablar en tele.

     Tengo la sensación de que por mucho que cuente de él, este hilo se quedará demasiado corto; al igual, Luis, que nos inunda la sensación de que tu vida se nos ha hecho demasiado corta. Te apasionaban tantas cosas y eras tan sólido y valiente en todas... Doblemente maestro, pues desde que vine a Madrid nos veíamos menos, pero hace un mes vino al acto de @TheObjective_es en Valladolid; luego nos quedamos hasta las tantas actualizándonos en el café en que nos conocimos, El largo adiós.

     Qué ironía que ahora no sea largo, sino súbito, tu adiós, Luis.

 

  

 

 

 

Patronato del Toro de la Vega. Tordesillas (Valladolid)