No todo intelectual es famoso; muchos de ellos trabajan duro desde
su vida amable y fecunda. Anteanoche falleció Luis Martín Arias,
profesor de Farmacología y de Cinematografía en la Universidad de
Valladolid y amigo mío desde que llegué a tal ciudad, en 2006.
Como se atisba en el hecho de que fuera experto en áreas tan
diversas como medicina y cine, la vida de Luis ha sido rica y osada.
Militante en los 70 del PCE, lo dejó el 23-F cuando vio que ningún
dirigente estaba dispuesto a ir a su sede de Valladolid a destruir
los archivos. Luis era para mí una fuente preciosa de saber sobre
cómo fue de veras la oposición a Franco, más allá de los mitos
actuales. Bromeaba que siempre había sido centrista, pues el PCE
(frente a su izquierda revolucionaria) al menos apostaba por la
democracia (el PSOE ni existía).
Hacia 2006 conocí a Luis, pues ambos estábamos en el ámbito de la
crítica al bipartidismo que giraba en torno a Ciudadanos; más
adelante compartimos aventuras en Libres e Iguales y,
últimamente, nos habíamos radicalizado (él, dado que era más agudo
que yo, antes que yo).
Su saber de cine le llevó a dirigir 20 años la Filmoteca de Caja
España e impartir una asignatura en la Cátedra de Cinematografía de
la @UVa_es. Hasta que una alumna protestó porque él usaba a Freud en
clase y Freud es muy políticamente incorrecto: Fue cancelado y
despedido.
Entre los referentes de Luis estaba J. González Requena (Asoc.
Trama & Fondo) y Gustavo Bueno. Toda su vida Luis había sido
ateo, pero recientemente se había acercado a la fe del catolicismo
cultural (que siempre apreció) había pasado al catolicismo a secas,
como tantos.
Una de las batallas que dimos juntos (y perdimos juntos) fue
defender el Toro de la Vega de Tordesillas. Luis, enorme conocedor
de la tauromaquia, en la estela de Evans-Pritchard, montó un par de
congresos sobre ello. Y me dio las primeras pistas sobre cómo hablar
en tele.
Tengo la sensación de que por mucho que cuente de él, este hilo se
quedará demasiado corto; al igual, Luis, que nos inunda la sensación
de que tu vida se nos ha hecho demasiado corta. Te apasionaban
tantas cosas y eras tan sólido y valiente en todas... Doblemente
maestro, pues desde que vine a Madrid nos veíamos menos, pero hace
un mes vino al acto de @TheObjective_es en Valladolid; luego nos
quedamos hasta las tantas actualizándonos en el café en que nos
conocimos, El largo adiós.
Qué ironía que ahora no sea largo, sino súbito, tu adiós, Luis.