1977

El pregón de fiestas de esta corrió a cargo de Antonio Martín Descalzo y lo pronunció desde los balcones del Ayuntamiento. Los responsables municipales indican en el programa de fiestas que "los festejos taurinos suponen indudablemente un riesgo y que de la participación en los mismos no se responsabiliza la Comisión".

Prácticamente a las puertas de un cambio en la política municipal y con la vista puesta en las futuras elecciones locales, se eligió un toro de los Hermanos Tabernero de Salamanca, aunque por un suceso que a continuación se relata, fue sustituido por otro toro de color "pinto", más buey sin cencerro que toro, que sería al fin y a la postre el que se lidió, propiedad del ganadero local Basilio Puertas.

Después de traer el toro a pie en encierro nocturno, como era tradicional, el animal no entraba en los toriles. Le abrieron incluso una puerta, pero fue absolutamente imposible que entrara ni por debajo de los tablaos. El toro dio muestras de mansedumbre y algunas personas que estaban en la plaza, alas que llamo así inmerecidamente, dieron palos al toro de manera muy sañuda, y sin que el animal acometiera. Se distinguió en esta faceta un individuo, cuyo nombre no quiero recordar. Eran las 4,15 de la madrugada y el toro seguía en la plaza. Aparecen por allí ciertos elementos con sus lanzas a fin de sacrificar dicho animal. Muy cerca de las puertas de la calle de San Antón, le dieron muerte de un lanzazo. El toro, al sentir el hierro, botó y cayó muerto.

A la mañana siguiente soltaron un toro berrendo sustituto, el cual fue a morir en una zanja, a la margen derecha de la carretera de la Coruña y junto a la Cañada de Rueda. Se dijo que fue Genaro Velasco quien o alanceó y dio muerte, aunque a más de uno el animal aparecía como enfermo.

Ester año comienza una campaña contra la presencia de vehículos en el campo de la vega, pidiéndose por respeo a la tradición que sólo se lidie a pie o a caballo. Se procuran entre diversas personas de Tordesillas que consideraban inútil y perniciosa la presencia de vehículos a motor en la zona del torneo algunas reuniones en el entonces local de la Asociación Cultural "Amigos de Tordesillas", centro de donde salió la idea de la campaña y que originaría al año siguiente una extraordinaria actividad de concienciación y de respeto por el Toro de la Vega, en el sentido razonable que los vehículos, si seguían acudiendo en masa a la fiesta, la degradarían totalmente, hasta hacerla desaparecer. Pese a lo cual, los tordesillanos anónimos pertenecientes a pandas, agrupaciones o peñas llegaron a ser quienes evitaron la tergiversación y mancha al torneo. Ese grupo de personas en común cuando dialogan y actúan lo hacen plenamente conscientes de que están defendiendo algo muy suyo y no pueden dejar morir bajo ningún concepto, ni adulterar la que es herencia tradicional.