1984

Este año el pregón corrió a cargo de Antonio Barragán de la Cruz. Se presentó un cartel del Toro de la Vega en el que aparece en la parte superior un antiguo tablado de los que se hacían en Tordesillas, al levantarse la Plaza Mayor, en cualquiera de sus portales.

El Toro de la Vega fue de Murteira Grave, ganadería portuguesa, y duró siete minutos "sin ninguna evidencia digna de resaltar transcurrió el tradicional festejo de la lidia del Toro de la Vega celebrada ayer. A las 11 en punto de la mañana se dio suelta desde un caminón de la calle de San Antolín a un hermoso ejemplar de la ganadería portuguesa de Murteira Grave, que realizó el trayecto en unos siete minutos aproximadamente hasta la explanada de la vega en donde se le alanceó hasta su muerte. Gerardo Abril Antón fue quien lo mató".

También fue alanceado previamente por José Abril "carpita" y también Miguel Serrano Rico, Miguel el de Madrid, lo intentó propinándole una buena lanzada entre la barriga y la mano derecha que le hizo ponerse de manos, girar y salir suelto.

La definitiva, buena y al paso del toro que venía de frente, se la dio Gerardo Abril, el cual al final subiéndose encima del animal dijo: "¡He sido yo!".

Sin otro particular se desarrolló este año la lidia, aunque habría que recordar aquí una publicación hecha en el Diario de Navarra cuya fotocopia me facilitó el torneante y gran aficionado del Toro de la Vega, Luis Miguel Rodríguez, y que hacía referencia a la "cirugía taurina" con una entrevista al doctor D. Mariano Zúmel, uno de los más autorizados especialistas en heridas producidas por asta de toro. El doctor Zúmel que ejercía como Presidente de la Federación Internacional Taurina y ostentaba la presidencia de honor de la sociedad de médicos escritores, desarrollando la cornada mortal de Paquirri en Pozoblando, contó una anécdota relacionada con el Toro de la Vega de Tordesillas. Era la siguiente:

La cornada más grave que yo he visto fue en mi época de estudiante de quinto de medicina en Valladolid. El herido era un aficionado que participó en la fiesta del Toro de la Vega, que se celebra en Tordesillas. Se trata de un curioso festejo, que aún hoy se celebra durante la feria, en la que sueltan a toros de 6 a 7 años, edad en la que el animal ha desarrollado todas las maldades, y, si pueden, le clavan un par de banderillas de fuego, es decir como cohetes. El toro se enfurece y trata de rreconducírsele a la Vega del Duero donde se le mata a pecho descubierto. El que lo mata entra en el pueblo con los testículos del toro en su lanza. Se trata de un espectáculo dantesco. Pues bien, de este festejo resultó herido un aficionado que lpresentaba seis cornadas distintas. No se murió. Recuerdo que un día llevé a Manolete para que viera el espectáculo, y cuando veníamos de vuelta a Valladolid, me dijo: y esto lo hacen de balde, con gusto, qué barbaridad.

(Podrá suponer el lector que la anécdota tiene que referirse por fuerza a los años previos a 1947, fecha en que Manolete fue cogido mortalmente por el toro Islero en Linares).

 

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