Fue compuesta por Jorge Bayón por encargo del antiguo Patronato del Toro de la Vega y se estrenó en 1986.

Comienza con una parte alegre que simboliza los momentos previos al Torneo: el pueblo despierta,los participantes van llegando a las inmediaciones de la Vega, las dulzainas alegran la espera, los lanceros se preparan para el gran acontecimiento.

En la parte central de la composición cambian el ritmo y el modo: El toro entra en escena, comienza el Torneo. Se respira peligro, nadie está ya a salvo. El tiempo se detiene. Silencio reverencial. Hombres y mujeres se enfrentan voluntariamente a la muerte, la miran cara a cara, y se abre ante ellos una nueva dimensión. Tensión contenida, valor, encuentro. Muere el toro.

Se retorna a la melodía inicial: Al morir el toro hay una catarsis general. Los torneantes regresan al pueblo con alegría. Han vencido a la muerte, ya no temen a la vida. Han sido tocados por el aliento de Dios, son nuevas criaturas.