Los toros de Prieto de la Cal dieron problemas en el desembarque,
astillándose los pitones dos de ellos. Se escucho a veterinarios. El
presidente decidió enchiquerarlos y que saliesen por la tarde. Las
cuadrillas quejaban diciendo que el público quería integridad y esos
toros saliendo así, harían que los aficionados protestasen. Las
cuadrillas preocupadas por el público y la integridad, no recuerdo
cuando fue la vez anterior.
El presidente del club expuso esto antes de iniciar la
corrida, señalando que los toros saldrían primero y quinto,
llevándose ovación por la transparencia ofrecida.
En los tendidos casi lleno de las 3.000 localidades de aforo. En
ellas se podía ver aficionados de toda España, desde Pontevedra a
Cataluña, de ambas Castillas, de Extremadura, Valencia,… Y de
Francia casi un cuarto. Se veía también a la ganadera de Dolores
Aguirre, DªIsabel Lipperheide, Iñigo Gamazo (Raso de Portillo),
Jesús Cobaleda (Barcial), Antonio Rubio (Peñajara), el turolense
Vicente Mora,…
El trapío y presentación de los seis bureles estuvieron fuera de
toda duda. Tomaron la nada despreciable cifra de 22 puyazos.
Los Prieto de la Cal (1,3,5) hicieron lo esperado, muy vistosos y
espectaculares en el caballo y con complicaciones en la muleta. Los
Cuadri (2,4,6) en cambio completos. Bravos en el caballo y buenos
para la muleta, en líneas generales. El primero lidiado por Gerpe y
picado por Rehabi. De los dañados en la mañana, presentaba flor en
la punta del pitón. Arranco con alegría al caballo sin tardear.
Puesto más allá de los medios. Bajo el peto eso si, sólo cumplió,
mostrando codicia en el empuje. Gabin lucio la suerte, pico en el
sitio y midió el castigo. En la muleta, con la cara a media altura.
Hueco que veía, tarascada que metía, deshaciendo en dos de ellas la
taleguilla de Gerpe.
El segundo fue para Juan de Castilla. El Cuadri con menos fuerza y
ligeramente vareado. Cumplió en el caballo. Fue muy bueno en la
muleta, en series cortas eso sí. Castilla lo vio claro desde el
principio y le hizo lo que tocaba: Oreja.
El tercero correspondió a Cristóbal Reyes. Un Prieto que tomo cuatro
varas. Mala lidia en banderillas, de las que hacen aprender a un
toro que venía con lección estudiada ya. Destacar a Víctor Pérez,
que clavo bien y arriesgando. Poco vimos en la muleta, donde
apretaba, sobretodo hacia los adentros y ante lo que el torero no
encontraba armas.
El cuarto fue el cuadri más complicado. Otro que cumplió en el
caballo arrancándose de lejos, aunque no rematando en su empuje,
incluso saliendo suelto en el último. Buena lidia de Joao Pedro.
Pares arriesgados de Manuel Gómez, pues por su pitón echaba la cara
arriba. En la muleta tuvo motor, fuerza,… Gerpe lo intento y dio la
cara, pero no pudo con él.
El quinto fue el marrajo de Prieto. Complicado ya de salida,
engallándose, pidiendo guerra. Arrancaba al caballo, pero salía
suelto y manseando al sentir hierro. Mostró dificultades en
banderillas y en la muleta Juan de Castilla le macheteo, mantuvo una
pequeña pelea con él, pero rápidamente fue a por la de matar.
El sexto fue un Cuadri hondo, un tío de 600 kilos, pero con casta y
motor, con lo que no importaba el peso, pues lo movía perfectamente.
Al caballo acudió con brío cuatro veces, donde empujo con fuerza.
Quasimodo, el caballo de picar de la cuadra de Alain Bonijol,
aguantó estoicamente los encontronazos. En banderillas arrancaba con
fuerza, hacia hilo a los banderilleros, que estuvieron francamente
bien, sobre todo Víctor Pérez. Cristóbal lo vio claro y brindo al
respetable. El problema era la seriedad en la embestida del toro,
que hizo que el torero no acabara de fiarse, sin conseguir mandar en
el toro, toreando despegado y perfilero. El toro fue al desolladero
con las orejas puestas tras recibir pañuelo azul y la consiguiente
vuelta al ruedo.