Lleno aún más contundente que el día anterior en los tendidos.
Nuevamente engalanados y perfectamente pelados los tiros de
arrastre, un par de mulas y otro par de machos. La cuadra de
caballos my bien formada. Caballos ligeros, móviles, petos ligeros a
la vista y colocados de manera elevada para evitar enredos.
Expectación, mucha expectación.... y ya se sabe el dicho: Tarde de
expectación, tarde de decepción.
Como en esta ocasión no era tarde sino mañana, no se cumplió al
completo la máxima. Pero hubo diez pinchazos y seis descabellos para
seis toros. Lástima que Damián no consiga matar, porque a lo largo
de su carrera ha perdido triunfos importantísimos por la tizona, así
de manera rápida vienen a la cabeza tres posibles puertas en Madrid,
otra aquí mismo el año pasado, en Cenicientos alguna tarde…
demasiadas para un torero que lidia corridas de las duras y por su
manera de torear debería estar mejor colocado en el escalafón. Mata
mal, no marca con la izquierda ni la tira abajo ni hace la cruz.
Comienza la suerte con el brazo de la espada demasiado encogido y
bajo, luego lo saca muy hacia arriba, pero no lo extiende. El
encuentro lo hace saliéndose, con el brazo sin estirar y sin hacer
la suficiente fuerza… demasiadas cosas. Necesita un reseteo completo
en la ejecución de la suerte.
Carafea fue el primer toro, algo vareado, acudió cuatro veces
al caballo, cumpliendo. Damián pidió cambio tras el tercero, pero el
presidente lo denegó y obligo al cuarto puyazo siendo más allá de
los medios, aunque fue andando hasta su distancia. Recibió buena
lidia en banderillas y llego con posibilidades a la muleta. Castaño
inicio la faena por abajo y realizo todo a favor del toro. Perdió
con la espada una oreja segura, pudiendo ser dos, pues la plaza
estaba con él.
El segundo, Salado, un condeso por los cuatro costados.
Cornidelantero, rematado y serio. Tres encuentros con el caballo,
donde quedo encelado y empujando. Mucho desgaste en la primera
suerte, que hizo que se resintiese en su comportamiento en el resto
de la lidia. Damián realizo toda la faena con la montera calada,
gesto con sabor añejo.
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El tercero, de nombre Cigarrero, de hechuras más atanasias y
capa colorada, embestía con el rabo enhiesto. Humilló mucho y bien
en el inicio capotero. Gabin lo pico mal, cantando la gallina el
toro, pues iba alegre, pero salía suelto y sin querer pelea. En
banderillas, un manso sin fijeza crea problemas, si añadimos miedo
escénico, queda un tercio para olvidar. Hay que destacar aquí a
Rubén Sánchez, que sin ser su toro, salió a poner orden y cordura. Y
a Guillon, francés él, que tras recibir sonora ovación, solo hizo
pequeño gesto de gracias, no queriendo desmonterarse. En la muleta,
resulto interesante, pues se centró en el percal y saco el carácter
atanasio calentándose a lo largo de la lidia y dando posibilidades,
pues Damián además de disposición ofreció mando. Cuando se sintió
podido se volvió a complicar. ¡Qué pena que Rehabi no hiciese lo de
ayer ordenando un poco la lidia en banderillas, pues podíamos haber
visto un buen toro!. Otra posible oreja que se evaporo con la
espada.
Langosto,
otro colorado, hizo cuarto. Buen comportamiento en el capote, donde
Damián dejo lances de gran factura. Acudió cuatro veces al caballo,
dos de ellas desde chiqueros. Y lo hizo pronto y alegre. Y
empujando. Solo se repuchó en la cuarta, y mas por caer la puya en
el costillar que otra cosa. Por el derecho tragó. Por el izquierdo
no quería, pero Damián consiguió arrancarle una tanda que varios en
el tendido comentamos de manera parecida. Empezó a notarse cansancio
en el torero y el toro se complicó, llegando a desarmarle y partirle
el estaquillador.
Burraco de capa fue Pitillito. Otro tío, con dos leznas. Dudo
que los del 17 de Valladolid, plaza de categoría superior a San
Agustín, se parezcán en trapío a estos. Acudió cual tren de
mercancías al caballo, donde empujó y se quedó largo tiempo bajo el
peto. Lástima que Majada hijo no estuviese fino, pues dejó la piel
como colador y un puyazo trasero y caído, que posiblemente causo
daño pulmonar (perforación de pleura, neumotórax…). En banderillas
se orientó y apretó a los banderilleros. Tras esto, parecía que se
vendría arriba y complicaría, pero empezó a quedarse parado, sin
fuelle, … En una de estas, prendió y arrollo al torero, pasándolo
por encima cual rodillo. Acabó el toro echándose con claros síntomas
de ahogo. Suerte de matar nuevamente mal ejecutada, pero por las
condiciones del toro, que se tumbó nuevamente para no levantarse, y
con la sensación de toro muy importante con otra suerte de varas.
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Cerró la feria otro Carafea. Apretado de carnes, bizco del
izquierdo y con longitud cornal. Con fuerza en el capote, Damián
ahora si transmitía claros síntomas de estarle pesando la mañana.
Acudió alegre al caballo, aunque peleo con la cara arriba. En el
tercero salió de najas. Nuevas complicaciones en banderillas, pero
con una buena lidia a cargo del francés Guillon. A pesar del
evidente cansancio físico e imaginamos que también mental, Castaño
se puso a robarle pases al toro. Cierto es que le faltó mando, pues
esa era la sensación y no que le dejase hacer al burel. Acabó la
faena en las inmediaciones de chiqueros. De nuevo suplicio en la
suerte suprema.